sábado, 29 de abril de 2017

Leishmania: síntomas, prevención y tratamiento

La leishmania o leishmaniosis es una enfermedad muy agresiva que afecta especialmente a los perros, pero que también puede darse en gatos e incluso en humanos. 

Estar bien informado es básico para una correcta prevención. Por eso hoy te respondemos todas las dudas sobre la leishmaniosis en perros.

¿Cómo se contagia la leishmania?


La leishmania es una enfermedad transmitida por un mosquito(Plhebotomus o flebotomo) y provocada por un parásito microscópico (Leishmania spp).

La leishmania no se contagia por el contacto directo entre individuos de la misma especie, sino que es necesario que haya un intermediario de otra especie. En este caso, el mosquito. 

¿Hay perros más sensibles a la leishmania?

La enfermedad es especialmente frecuente en perros de algunas razas como el Pastor Alemán y muy rara en razas como el Podenco, que parece ser prácticamente inmune. La sensibilidad depende del tipo de inmunidad que desarrolle el animal. La probabilidad de que un animal se infecte también depende de la exposición al mosquito y la enfermedad. Es más común en animales que pasan la noche fuera de casa.

Síntomas de leishmania

Si vives en una zona de mayor prevalencia de leishmaniosis, es normal que tu veterinario quiera comprobar si tu perro está enfermo o no.


Los síntomas pueden ser desde ninguno hasta diarreas, artritis, problemas oculares, problemas renales (con o sin síntomas), sangrado nasal o problemas cutáneos (de leves a muy graves). Si tu perro tiene la nariz reseca y nada más, puede ser que tu veterinario quiera comprobar si está infectado, ya es uno de los primeros síntomas de esta enfermedad.

Diagnóstico de la leishmania

El diagnóstico es tremendamente complicado. Podemos tener animales infectados y con la enfermedad que den negativo a las pruebas porque la enfermedad está localizada en una zona aislada, por ejemplo, el ojo. Hay animales que tienen muchos anticuerpos, pero tienen una enfermedad mucho menos severa que otros que casi no tienen anticuerpos.

  • Las pruebas más comunes son los test rápidos, que son muy económicos y tardan unos minutos, pero con bastante frecuencia pueden dar un resultado negativo en animales enfermos (falso negativo).

  • Otra prueba muy utilizada se llama IFI. Se suele enviar a laboratorio en los positivos a test rápidos o en negativos sospechosos, para decidir qué tratamiento debemos dar. Es muy difícil interpretar los resultados y decidir el tratamiento. En ocasiones se piden también análisis completos para asegurarse del estado del riñón o del sistema inmunitario. El IFI es más caro que los tests rápidos, pero aporta mucha más información (no sólo nos dice si/no, sino que nos indica cuánto).

  • La siguiente prueba más utilizada es el PCR. A diferencia de las anteriores, busca al patógeno (la leishmania en sí) y no los anticuerpos. Es más cara, puede detectar a animales portadores que no han desarrollado la enfermedad y nos sirve para evaluar casos difíciles en los que las otras pruebas salen negativas. Lo malo que tiene es que es tan sensible que puede encontrar la leishmania en animales que probablemente nunca vayan a desarrollar la enfermedad.

  • Hay otras pruebas como los raspados conjuntivales, o punciones ganglionares o medulares. Son menos habituales, pero son la manera más fideligna de saber si el animal padece leishmania.

Prevención y tratamiento de la leishmania

Si detectamos la enfermedad cuando el animal aún no tienen síntomas, es mucho más fácil que se cure. Puede bastar con un tratamiento estimulante de la inmunidad. Cuando ya están enfermos es más difícil, ya que al afectar la enfermedad al riñón no podemos utilizar los mejores tratamientos, para no dañarlo más.

Por eso, lo principal, es prevenir correctamente para evitar llegar a esa situación:

  • Usa pipetas repelentes. Tratan contra pulgas y garrapatas y son repelentes del mosquito de la leishmania. No todas sirven contra el mosquito, consulta con tu veterinario. Suelen durar 3-4 semanas.

  • Usa collar antiparasitario. De nuevo, no todos son eficaces, la duración de la efectividad varía según el collar del que se trate.

  • Usa collar y pipetas combinados en zonas y fechas de alto riesgo. No siempre es necesario, pero en ocasiones sí es recomendable.

  • Estimulantes de la inmunidad para perros sanos en zonas de alto riesgo o perros infectados que no tienen ningún síntoma.

  • Vacunación.

  • La detección precoz es fundamental. Nos puede permitir tratar antes de que la enfermedad se desarrolle o en fases menos avanzadas.

    Fuente:barbiku

miércoles, 26 de abril de 2017

Envejecimiento cerebral canino - Síntomas y causas



Como en todos los seres vivos, el tejido cerebral de los perros sufre un deterioro o envejecimiento con el paso de los años. Los perros en edad avanzada serán las principales víctimas de la enfermedad. 
El envejecimiento cerebral canino - 
Los síntomas y causas para que podamos reconocerlo en sus inicios y poder ayudar a nuestro perro en sus últimos años a nuestro lado. Podemos brindarle una buena calidad de vida si estamos atentos.
ECC o Envejecimiento cerebral canino
Consiste en un desorden neurodegenerativo que afecta a perros mayores de 8 años de edad, en su mayoría, provocando alteraciones en sus funciones cerebrales. Al margen de la propia vejez podemos observar la pérdida de las capacidades neuronales debido a un deterioro progresivo donde veremos diferentes signos:
memoria, aprendizaje, conciencia y percepción pueden verse alterados.

Cambios de actividad 
Es frecuente observar modificaciones en el comportamiento de los perros afectados por el síndrome de disfunción cognitiva: podemos observar a nuestro perro caminando sin rumbo en la casa, o vocalizando sin razón.
También podemos verlo con la mirada fija en el vacío o notar una curiosidad disminuida, falta de reacciones a los estímulos exteriores, o incluso notar que nuestro perro es apático, que ya no se limpia. Otro comportamiento notado por propietarios de perros con Alzheimer es el lamido excesivo de objetos o de los mismos propietarios por el perro.
Modificación del apetito
Según los casos, los perros que padecen Alzheimer pueden tener el apetito disminuido o aumentado. También pueden presentar cambios de costumbres alimentarios, y ponerse a comer objetos.
Es muy importante prestar atención en este aspecto pues debemos asegurarnos que nuestro perro se alimenta. Para ello le indicaremos dónde se encuentra la comida e incluso en determinados casos debemos esperar y asegurarnos que come como es debido.
Sueño perturbado
Los periodos de sueño aumentan en el perro que sufre Alzheimer, y el sueño durante la noche es de mala calidad. Al verse alterado el ciclo del sueño, el perro se despertará con frecuencia por la noche y dormirá durante el día para compensar. A veces cuando se despierta por la noche puede ladrar sin razón.

Modificación de las interacciones sociales
Los perros con Alzheimer pierden el interés en sus propietarios, ya no se muestran contentos cuando llegamos a casa o cuando los acariciamos, no buscan atención y no parecen interesarle los mimos, mientras que en otros momentos pide atención constante de forma excesiva.
Es frecuente que estos perros dejen de jugar con el propietario y con sus juguetes. Pueden olvidar la jerarquía establecida en la familia, e incluso no reconocer a sus dueños, no ser receptivos al llamarlos, y a veces su agresividad hacia otros perros puede aumentar.
Desorientación
Un perro que sufre de Alzheimer pierde el sentido de la orientación y puede perderse en lugares que antes le eran familiares y solía conocer bien, tanto dentro como fuera de la casa. Puede quedarse bloqueado en un rincón o ante un obstáculo en vez de pasar al lado.
Nuestro perro podría tener dificultades para encontrar las puertas, o se queda esperando delante de las puertas equivocadas para ir afuera. Camina sin objetivo y parece perdido dentro de un espacio familiar.

Pérdida de su educación
Podríamos sospechar que nuestro perro anciano padece Alzheimer si ya no responde a órdenes antes conocidos, o si le cuesta aprender nuevos trucos. Con frecuencia pueden olvidar costumbres como orinar y hacer sus necesidades fuera, e incluso puede salir afuera y luego entrar y orinar dentro de la casa. En este último caso es importante comprobar que no se trate de alguna otra enfermedad relacionada con la vejez.
Qué debes hacer si tu perro sufre Alzheimer
Si sospechas que tu perro pueda estar padeciendo Alzheimer debes acudir al veterinario para que confirme el diagnostico y te ofrezca consejos y recomendaciones para tu caso concreto. Por lo general debemos ayudar a nuestro perro en todo momento, especialmente vigilaremos a que se alimente, se encuentre cómodo dentro del hogar y jamás debemos dejarle suelto en el parque u otros lugares: es muy importante prevenir un posible extravío.
Igualmente debemos procurarle cariño y atenciones, aunque no nos reconozca muy positivamente, intentar transmitirle seguridad y estimularle para el juego. 
Fuente: Olympe Jeangorges en experto animal