jueves, 21 de junio de 2018

UN PERRO MUERE TRÁGICAMENTE POR UN ERROR COTIDIANO.

Esta es la historia que circula por a red, Christina Youngs relata lo ocurrido con su perro Petey.

Lamentablemente para esta mujer un error en casa hizo que tuviese que despedirse para siempre, y demasiado pronto, de su perro.

Christina Youngs tuvo que decir adiós a su perro por un ¨error¨que la mayoría cometemos a diario en nuestros hogares.
Relata lo acontecido para advertir a otros dueños de animales porque sabe que puede ocurrir y se puede prevenir cien por cien.

¨Cuando Christina llegó a su casa un día, pensó que iba a encontrarse con el recibiendo de Petey, com siempre. Él solía correr hacia ella moviendo su cola, deseando jugar y recibir cariño. Pero en lugar de eso se encontró una casa en silencio, entonces su novio Christian le contó las devastadoras noticias.
 ¨Cuan Christian llegó a casa vio a nuestro pequeño sin vida en el suelo, con una maldita bolsa de patatas en la cabeza. De alguna forma había conseguido coger una bolsa de patatas fritas que teníamos en la cocina y esa angustia nos va acompañar siempre. Se comió todas las patatas pero trató de llegar hasta el fondo de la bolsa para llegar a los últimos restos y metió el hocico y al final no le quedó nada de aire dentro...Cuanto más respiraba, más pequeña se hacía la bolsa y más se le pegaba a la cabeza. Al final se ahogó.
 Esto ocurre mas a menudo de lo que pensamos.
Christina no podía entender cómo había podido ocurrir. ¿ Por qué Petey no se sacó la bolsa de l cabeza con sus patas ?, si Petey era un perro muy listo.
 Después de investigar por internet encontró una información de  la que pocos hablan, pero resulta que los perros mueren muy a menudo axifiados en bolsas de patatas , palomitas o cualquier otro tipo de bolsa que entre en la cabeza.
En tan solo 3 minutos el oxígeno cae a niveles letales.
Ahora quieren concienciar a los dueños para que lo ocurrido con Petey no vuelva a ocurrir.






domingo, 1 de abril de 2018

Plantas ornamentales tóxicas para las mascotas

Un alto porcentaje de plantas ornamentales son potencialmente tóxicas para los animales de compañía. En algunos casos, el simple contacto con ellas puede ocasionar reacciones en la piel, y en otros la intoxicación se produce al ingerirlas, con consecuencias muy diversas: desde urticarias a trastornos gastrointestinales o incluso problemas neurológicos, respiratorios o cardíacos. 
Aunque a menudo los efectos pasan a los pocos días, una intoxicación severa puede ser fatal para nuestro mejor amigo. La peligrosidad de los efectos depende de cuestiones varias, como la dosis, la especie, el tamaño del animal, la edad o el estado previo de salud. 
Las toxinas pueden encontrarse en las hojas, tallos, flores o frutos, y pueden estar siempre presentes en la planta o aparecer sólo en algunas épocas del año, como la poinsetia o flor de pascua. 
Conviene informarse antes de adquirir una planta para la decoración del hogar, e ir con cuidado durante los paseos para evitar que nuestras mascotas se froten o traguen plantas que no conozcamos. Hay que vigilar especialmente a los cachorros, que lo mordisquean todo y son más inconscientes con lo que se meten en la boca. 
Ante cualquier síntoma de intoxicación, como vómitos o desorientación, consultad al veterinario antes de hacer nada, pues el tratamiento puede variar en función de la toxina, raza del animal y otras variables. Si podéis, traed una foto o una muestra de la planta para poder identificarla y aplicar más rápido el tratamiento adecuado.
Es tal la variedad de plantas que pueden resultar tóxicas para las mascotas que sería complicado mencionarlas todas aquí, por lo que que hemos hecho una selección de las que creemos que pueden encontrarse más fácilmente en nuestro entorno.

Aucuba o laurel manchado (Aucuba japonica): el efecto más común son los problemas gastrointestinales. A grandes dosis, resulta en problemas neurológicos (temblores, espasmos, desorientación), dificultad para respirar y alteración del ritmo cardíaco. Puede llegar a provocar hemorragias internas y daños en hígado y riñones, a veces mortales.

Acebo (Ilex aquifolium): la intoxicación por hojas o frutos de acebo es una de las más frecuentes en animales en el área mediterránea. Provoca irritación estomacal e intestinal, con vómitos, diarrea y babeo. En altas dosis puede reducir el ritmo cardíaco y llevar al coma o incluso la muerte.  
3.-
Adelfa (Nerium oleander L.): por contacto, puede causar reacciones en la piel; ingerido, da lugar a problemas digestivos y vómitos, y en las situaciones más graves trastornos respiratorios y cardíacos, que podrían ser fatales. 

Caladio o paleta de pintor (Caladium bicolor): también es tóxica toda la planta, y muy irritante debido a los cristales de oxalato de calcio. A parte de irritar la piel y los ojos al contacto, internamente causa además edemas, inflamaciones y congestión.

Cica o falsa palmera (Cycas revoluta): la cica es especialmente peligrosa, ya que es mortal en un 50-75% de casos; puede provocar daños gastrointestinales, hemorragias internas, problemas neurológicos y fallo hepático. Es tóxica toda la planta, y sobre todo las semillas.
Colocasia o manto de Eva (Alocasia cucullata): al igual que el caladio, la colocasia debe su toxicidad a los oxalatos, por lo que es muy irritante tanto por contacto como al ingerirla.

Crisantemo y piretro (Chrysanthemum Leucanthemum y Chrysanthemum cinerariiaefolium, respectivamente): su venta está prohibida en España desde 2004 (BOE), por lo que no debería encontrarse ya con mucha frecuencia. Son tóxicos sobre todo para los gatos, y menos para los perros. Pueden provocar dermatitis, gastritis y problemas de coordinación.




Difenbaquia (Dieffenbachia exótica): es otra de las plantas que contiene oxalatos, por lo que puede provocar irritación de garganta, estómago e intestinos, inflamaciones, y de forma tópica dermatitis y conjuntivitis. A causa de la inflamación puede dar lugar también a problemas respiratorios y de corazón.


Filodendro (Philodendron): su toxicidad se debe también al oxalato de calcio, por lo que tiene los mismos efectos que la difenbaquia, el caladio o la colocasia, entre otras.

Hiedra (Hedera helix): en el caso de la hiedra, la parte más tóxica son los frutos, y en menor medida las hojas. Puede ocasionar problemas digestivos y afectar también al sistema nervioso, con espasmos y temblores. En grandes cantidades, podría llegar a ser fatal.

Jacinto (Hyacynthus): es tóxico el bulbo, que al ser ingerido afecta sobre todo al sistema digestivo. El resultado más común son vómitos y diarrea, y algunas veces convulsiones y taquicardias.

Lantana o bandera española (Lantana camara): las hojas y los frutos verdes son altamente peligrosos para las mascotas. El mero contacto es muy irritante y puede causar dermatitis, e inflamaciones severas, con dificultades para tragar y respirar. Además, contienen una toxina, el lactadeno, que incluso en dosis bajas puede paralizar el sistema biliar y conducir a un fallo hepático. 

Lirio (Lilium): no es mortal por lo general, pero sí provoca problemas gastrointestinales y en los casos más graves hemorragias internas. 

Marihuana (Cannabis sativa): dado que las mascotas son más pequeñas que las personas, la marihuana les afecta más. Pueden experimentar molestias digestivas, alteraciones cardíacas, desorientación, temblores y depresión o cambios bruscos de humor. Se han dado algunos casos de muerte por cannabis, aunque no es frecuente.

Monstera, costilla de Adán o filodendro (Monstera Adansoni): al igual que varias otras plantas de esta lista, contiene oxalato de calcio, que se encuentra en hojas, tallos y flores. Los frutos no son venenosos, pero el resto de la planta sí, y mucho. Produce irritación severa, con repercusiones en la piel, boca y órganos digestivos, e inflamaciones que pueden llegar a causar serias dificultades para respirar y hasta parada cardíaca.

Narciso (Narcissus): la intoxicación por narciso, como en el caso del jacinto, se produce sobre todo si la mascota ingiere el bulbo de la planta. Los efectos también son similares: trastornos gastrointestinales, temblores y, en los casos más graves, convulsiones y alteraciones del ritmo cardíaco.


Poinsetia o flor de pascua (Euphoribia pulcherrimia): la flor de pascua contiene una savia muy venenosa para algunas especies animales. Los más vulnerables son los cachorros, porque son más inconscientes con lo que comen y su organismo es más delicado. En dosis bajas, provoca vómitos, diarreas y babeo. En dosis altas, las mascotas pueden experimentar temblores y delirios, y en los casos más extremos, coma y muerte por fallo multiorgánico, pero es infrecuente. Por contacto, también puede provocar irritación e inflamación en piel y ojos.

Poto (Epipremnum aureum): es de tipo similar a la hiedra, y provoca reacciones parecidas, que pueden ir desde molestias digestivas a problemas neurológicos graves e incluso la muerte. 


Rododendro o azalea (Rhododendron): en las azaleas la toxina se encuentra en las hojas y el néctar de las flores. Causa problemas gástricos y respiratorios, y puede llegar a ser mortal. 

Sabina (Juniperus sabina): es muy peligrosa para hembras embarazadas, porque tiene propiedades abortivas, y en general puede causar lesiones en los riñones y aparato digestivo. Es también irritante para piel y ojos.


Fuente: Veterinos.com