Como en todos los seres vivos, el tejido cerebral de los perros sufre un deterioro o envejecimiento con el paso de los años. Los perros en edad avanzada serán las principales víctimas de la enfermedad.
El envejecimiento cerebral canino -
Los síntomas y causas para que podamos reconocerlo en sus inicios y poder ayudar a nuestro perro en sus últimos años a nuestro lado. Podemos brindarle una buena calidad de vida si estamos atentos.
ECC o Envejecimiento cerebral canino
Consiste en un desorden neurodegenerativo que afecta a perros mayores de 8 años de edad, en su mayoría, provocando alteraciones en sus funciones cerebrales. Al margen de la propia vejez podemos observar la pérdida de las capacidades neuronales debido a un deterioro progresivo donde veremos diferentes signos:
memoria, aprendizaje, conciencia y percepción pueden verse alterados.
Cambios de actividad
Es frecuente observar modificaciones en el comportamiento de los perros afectados por el síndrome de disfunción cognitiva: podemos observar a nuestro perro caminando sin rumbo en la casa, o vocalizando sin razón.
También podemos verlo con la mirada fija en el vacío o notar una curiosidad disminuida, falta de reacciones a los estímulos exteriores, o incluso notar que nuestro perro es apático, que ya no se limpia. Otro comportamiento notado por propietarios de perros con Alzheimer es el lamido excesivo de objetos o de los mismos propietarios por el perro.
Modificación del apetito
Según los casos, los perros que padecen Alzheimer pueden tener el apetito disminuido o aumentado. También pueden presentar cambios de costumbres alimentarios, y ponerse a comer objetos.
Es muy importante prestar atención en este aspecto pues debemos asegurarnos que nuestro perro se alimenta. Para ello le indicaremos dónde se encuentra la comida e incluso en determinados casos debemos esperar y asegurarnos que come como es debido.
Sueño perturbado
Los periodos de sueño aumentan en el perro que sufre Alzheimer, y el sueño durante la noche es de mala calidad. Al verse alterado el ciclo del sueño, el perro se despertará con frecuencia por la noche y dormirá durante el día para compensar. A veces cuando se despierta por la noche puede ladrar sin razón.
Modificación de las interacciones sociales
Los perros con Alzheimer pierden el interés en sus propietarios, ya no se muestran contentos cuando llegamos a casa o cuando los acariciamos, no buscan atención y no parecen interesarle los mimos, mientras que en otros momentos pide atención constante de forma excesiva.
Es frecuente que estos perros dejen de jugar con el propietario y con sus juguetes. Pueden olvidar la jerarquía establecida en la familia, e incluso no reconocer a sus dueños, no ser receptivos al llamarlos, y a veces su agresividad hacia otros perros puede aumentar.
Desorientación
Un perro que sufre de Alzheimer pierde el sentido de la orientación y puede perderse en lugares que antes le eran familiares y solía conocer bien, tanto dentro como fuera de la casa. Puede quedarse bloqueado en un rincón o ante un obstáculo en vez de pasar al lado.
Nuestro perro podría tener dificultades para encontrar las puertas, o se queda esperando delante de las puertas equivocadas para ir afuera. Camina sin objetivo y parece perdido dentro de un espacio familiar.
Pérdida de su educación
Podríamos sospechar que nuestro perro anciano padece Alzheimer si ya no responde a órdenes antes conocidos, o si le cuesta aprender nuevos trucos. Con frecuencia pueden olvidar costumbres como orinar y hacer sus necesidades fuera, e incluso puede salir afuera y luego entrar y orinar dentro de la casa. En este último caso es importante comprobar que no se trate de alguna otra enfermedad relacionada con la vejez.
Qué debes hacer si tu perro sufre Alzheimer
Si sospechas que tu perro pueda estar padeciendo Alzheimer debes acudir al veterinario para que confirme el diagnostico y te ofrezca consejos y recomendaciones para tu caso concreto. Por lo general debemos ayudar a nuestro perro en todo momento, especialmente vigilaremos a que se alimente, se encuentre cómodo dentro del hogar y jamás debemos dejarle suelto en el parque u otros lugares: es muy importante prevenir un posible extravío.
Igualmente debemos procurarle cariño y atenciones, aunque no nos reconozca muy positivamente, intentar transmitirle seguridad y estimularle para el juego.
Fuente: Olympe Jeangorges en experto animal
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