Hace muchos años que los médicos utilizan perros para el tratamiento de diferentes enfermedades de modo que consiguen que mejoren en el aspecto físico, emocional o mental. El Alzheimer es una de estas patologías; mediante la interacción animal-paciente se consigue que la enfermedad ralentice su avance.
Según informa la razon.es, la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias lanzó, en el año 2004, un proyecto novedoso en España promovido por su presidente Moisés Belloch, que consistía en el uso de los perros como terapia en el tratamiento de enfermos de Alzheimer. Se trata de una serie de ejercicios y juegos que ayudan al paciente a mejorar día a día. En cada sesión se emplea un perro y se reúne a todos los pacientes en una sala para favorecer un ambiente de interacción.
Dependiendo del grado en el que se encuentre la enfermedad se realizan diferentes actividades. «Existen varios ejercicios. En uno de ellos el perro lleva un estuche con premios al paciente y éste, una vez que lo recibe, tiene que abrirlo. En otros casos, el perro porta una cesta con utensilios y la persona debe coger aquel que reuna las características que le decimos. Por último, hay actividades un poco más complicadas en las que el paciente debe tocar la pata derecha o izquierda del animal, por ejemplo», afirma Belloch.
El beneficio de estas prácticas radica en que, muchas veces, estos pacientes se muestran reacios a obedecer lo que les dicen los psicólogos; sin embargo, según Moisés Belloch, el perro les transmite una sensación de confianza. «Cuando los enfermos no quieren realizar un ejercicio, con el perro lo consigues, ya que crea un ambiente lúdico», afirma.
Perros para menores conflictivos
El centro Teresa de Calcuta albergará, después de firmar un acuerdo el mes de septiembre, a perros provenientes del Centro Integral de Acogida de Animales (CIAAM). El objetivo es conseguir que los menores conflictivos que acogen en el centro mejoren sus conductas antisociales y delictivas a través de la compañía de perros que ejercerán una labor beneficiosa y terapeútica y que, además, encuentran así un nuevo hogar. A través del cuidado de los animales, el centro pretende que los internos desarrollen habilidades y recursos nuevos para ellos, como la capacidad de ponerse en el lugar del otro, y mejorar la autoestima. Los perros sirven como elemento mediador en la relacción educativa y como apoyo emocional, sobre todo en los momentos difíciles que atraviesan estos menores.
Fuente: Maria Villagrasa . Revista Argos
viernes, 15 de octubre de 2010
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