Allanamiento de morada, destrozos en el
mobiliario del jardín o maullidos nocturnos son algunas de las causas por
las que los felinos provocan que sus dueños reciban una denuncia de sus
vecinos. Por eso conviene que quienes tengan gatos sigan unas pautas para
prevenir molestias a terceras personas que deriven en denuncias con sanciones
económicas. Entre ellas, colocar barreras y esterilizar al felino para
evitar sus escapadas y asegurarle para cubrir accidentes y destrozos que
impliquen cierto coste.
Las
leyes autonómicas sobre tenencia y protección de animales domésticos señalan al
propietario de una mascota como su máximo responsable frente a cualquier
molestia, perjuicio o desperfecto que esta pueda acarrear a terceras
personas. En ciudades como Barcelona, solo durante los cinco primeros meses de
2014, se interpusieron 43 denuncias vecinales por molestias derivadas
de la convivencia con mascotas en esta ciudad, que pueden conllevar sanciones
económicas de hasta 150 euros, según fuentes del ayuntamiento catalán.
Las
denuncias más habituales entre vecinos por molestias derivadas de la tenecia de
animales domésticos son las de los perros. Los canes hacen más vida social
que los gatos, pasean por zonas públicas y se relacionan de manera habitual con
otros congéneres y personas.
No obstante,
los felinos cada vez tienen más presencia en los hogares españoles. Según
datos de la
Fundación Affinity , en los últimos años las adopciones
de estos animales se han duplicado frente a las de perros. Estas cifras convierten
a los gatos en mascotas cada vez más susceptibles de provocar molestias y
denuncias vecinales. Por eso, la tenencia responsable de los felinos es la
clave para evitarlas. Conocer el carácter y las necesidades del gato, para
conseguir que esté sano, feliz y preparado para la vida en sociedad, es
responsabilidad de su dueño.
La
población felina doméstica suele ser urbana y no accede al exterior de la
vivienda, excepto por circunstancias puntuales, como las consultas
veterinarias o los traslados de casa. No obstante, los
propietarios de los gatos que viven en hogares con jardín son más susceptibles
de ser objeto de denuncias por parte de los vecinos que sufran molestias
por el felino.
Garantizar su
seguridad y evitar molestias a los vecinos que deriven en denuncias se puede
lograr siguiendo las siguientes pautas.
Barreras contra las escapadas del gato
Los felinos son
curiosos por naturaleza. Y cuando tienen acceso a un jardín que colinda con
otras casas, hay probabilidad de que quieran explorar el territorio ajeno,
con el consiguiente riesgo de molestias para los vecinos. Por ello, es
recomendable colocar barreras eficaces que impidan su acceso a la
propiedad ajena.
Los gatos
son trepadores eficaces y ágiles y elásticos acróbatas capaces de
introducirse por pequeñas grietas y de escalar elevadas alturas. Por ello,
conviene asegurarse de que la valla es recia y sin fisuras y de que
esté elaborada con un material que le impida escalar, como las superficies
resbaladizas.
Los
felinos esterilizados son
menos receptivos a las llamadas sexuales, tanto de machos como de hembras en
celo. Tienden menos a escapar de casa, con las consecuentes molestias para los
vecinos.
Hay que
tener en cuenta que los maullidos de un gato en celo pueden ser
insistentes y escandalosos, incluso a horas intempestivas, y provocar denuncias
de los vecinos afectados.
Además de
mejorar la convivencia, la esterilización del gato aporta
ciertos beneficios para la salud felina. En el caso de las hembras,
previene los tumores mamarios y en el de los machos, los testiculares.
Los
seguros para animales domésticos, como el gato, cuentan con pólizas de diversas
cuantías, cuya horquilla oscila entre los 50 y los 200 euros anuales, y
cubren los desperfectos o perjuicios que el felino pueda causar a terceras
personas.
Para poder
contratarlo, las compañías aseguradoras piden que el gato esté identificado con
microchips y tenga la cartilla de vacunación
actualizada.
Ciertos
felinos tienen más riesgo de provocar molestias o perjuicios a los vecinos,
como los que tienen acceso al exterior de una vivienda que colinda con una zona
habitada por terceras personas. En estos casos, el seguro aporta tranquilidad a
los dueños, frente a cualquier percance que derive en un coste económico.
Fuente: Carolina Pinedo.
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