Hacen un ruido peculiar "Uih...Uih...Uih...Uih", sobre este ruido existe una leyenda que os la voy a reflejar.
"Una oscura mañana de Julio, muy temprano, una madre y sus dos hijos caminaban hacia el colegio. Cuando cruzaron la Quebrada Las Gredas escucharon el suave lamento de un animal en la cercanía "Uih...Uih...Uih...Uih..." Los niños miraron a su madre y le preguntaron, "Mamá que animalito se queja con tanto lamento?" Ella se arrodilló y les explicó a sus queridos hijos que ese animalito era una chinchilla... y la continuo contándoles...
"Hace bastante tiempo que las chinchillas abundaban y jugaban en estas mismas laderas. Ellas corrían y saltaban felices y comían las semillas del carbonillo. Después empezó la tristeza... Gente de otras tierras vino a estos lugares. Ellos conocieron a las pequeñas chinchillas y se dieron cuenta de que su piel tenía una suavidad como ninguna otra conocida. La voz se corrió por todas partes y llegó a todos los rincones del mundo y la gente empezó a desear abrigos hechos con las pieles de chinchilla. Entonces, desde tierras remotas, llegaron tramperos a cazarlas. Ellos instalaban trampas debajo de los cardones, donde las chinchillas tenían sus madrigueras.
Una mañana temprano una familia de chinchillas salió a beber el rocío de la mañana y... ¡bang! Una chinchillita hembra fue aplastada por una de las trampas de piedra y murió inmediatamente. Sus parientes lloraron desesperadamente... Uih... "Uih... Uih... Uih... Uih..."
Desde ese día las chinchillas lloran al amanecer para recordarnos que tenemos que cuidarlas y proteger a las últimas chinchillas que quedan sobre la tierra.
Debéis evitar que la gente haga daño a nuestras chinchillas. Todos debemos protegerlas. Si las protegéis algún día vuestros hijos podrán ver a las pequeñas chinchillitas y sus familias bebiendo el rocío de la mañana y ellas nunca más volverán a llorar de madrugada".
"Hace bastante tiempo que las chinchillas abundaban y jugaban en estas mismas laderas. Ellas corrían y saltaban felices y comían las semillas del carbonillo. Después empezó la tristeza... Gente de otras tierras vino a estos lugares. Ellos conocieron a las pequeñas chinchillas y se dieron cuenta de que su piel tenía una suavidad como ninguna otra conocida. La voz se corrió por todas partes y llegó a todos los rincones del mundo y la gente empezó a desear abrigos hechos con las pieles de chinchilla. Entonces, desde tierras remotas, llegaron tramperos a cazarlas. Ellos instalaban trampas debajo de los cardones, donde las chinchillas tenían sus madrigueras.
Una mañana temprano una familia de chinchillas salió a beber el rocío de la mañana y... ¡bang! Una chinchillita hembra fue aplastada por una de las trampas de piedra y murió inmediatamente. Sus parientes lloraron desesperadamente... Uih... "Uih... Uih... Uih... Uih..."
Desde ese día las chinchillas lloran al amanecer para recordarnos que tenemos que cuidarlas y proteger a las últimas chinchillas que quedan sobre la tierra.
Debéis evitar que la gente haga daño a nuestras chinchillas. Todos debemos protegerlas. Si las protegéis algún día vuestros hijos podrán ver a las pequeñas chinchillitas y sus familias bebiendo el rocío de la mañana y ellas nunca más volverán a llorar de madrugada".
Este pequeño cuento explica porque las chinchillas lloran. Ni etólogos, ni veterinarios, ni biólogos han encontrado otra explicación a los llantos de las chinchillas, quizás el cuento sea real y las chinchillas lloren de tristeza por sus compañeras asesinadas a manos de humanos bárbaros, por como se las ha tratado a lo largo de los años y de como la codicia de las personas las ha llevado hasta el borde de la extinción. Si yo fuera una chinchillas también lloraría... ¿Y tu?