Cuando un cuerpo se encuentra debajo de kilos de escobros tras un derrumbe, ellos son capaces de detectarlo y avisar a sus conductores por medio de ladridos.
Su ayuda fue muy importante tras el atentado contra las Torres Gemelas, y algunos tuvieron que ser atentidos por el cuerpo de veterinarios por cortes y heridas pero deseosos de seguir su trabajo. Hubo un equipo formado por 20 perros rastreadores que tras una larga jornada de trabajo son bañados y se les realiza unos exámenes veterinarios.
Su gran olfato permite rastrear grandes extensiones de terrenos cubiertos de nieve tras un alud en 30 minutos mientras que al equipo de rescate le costaría horas en realizarlo.
Es importate su actuación en los primeros 20 minutos tras la avalancha ya que es el tiempo en que las personas sepultadas se mantiene comvida.
Gracias a estos perros muchas personas en todo el mundo han sido rescatados con vida.
Un aplauso para ellos.