La Justicia británica ha condenado hoy a 250 libras (284 euros) a Mary Bale, la mujer que provocó indignación (y risas) en todo el mundo por arrojar un gato a la basura cuando creía que nadie la veía... salvo unas cámaras de seguridad, en las que quedó todo registrado. El vídeo, difundido en la red, se convirtió en lo más visto y la mujer, en la mas odiada. Bale, de 45 años y empleada de un banco, ha reconocido su error y se ha declarado culpable de haber infligido un sufrimiento innecesario a un animal. Además de la multa, la sentencia prohíbe a la mujer tener animales domésticos durante cinco años.
Durante el juicio, abierto a raíz de la denuncia presentada por la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, la acusada ha señalado que no podía explicar por qué había actuado de una forma tan "impulsiva e irracional". Bale ha alegado que su padre, que murió la semana pasada, estaba muy grave en el momento del incidente. "Puedo aceptar que estuviera bajo una situación de estrés pero no es excusa para lo que hizo", le ha contestado la juez Carolina Goulborn. En su veredicto, la juez justifica la levedad de la condena -se enfrentaba a una multa de hasta 20.000 libras (22.800 euros) y seis meses de prisión-, en el hecho de que el animal no resultó herido y en que Bale fue "difamada" y acosada en la prensa e internet. Tras conocer la sentencia, el abogado de Bale ha dicho que quería pedir perdón por lo sucedido y que lo lamenta amargamente. También ha contado que Bale ha estado "viviendo bajo una enorme presión" y que sufre una depresión desde aquel día.
La red, incendiada
En realidad, el gato era una gata y se llamaba Lola. Los hechos sucedieron el pasado mes de agoto en en Coventry, localidad del centro de Inglaterra, cuando los dueños del animal, atigrado y de cuatro años, lo encontraron aullando dentro del cubo de basura de su casa tras pasar 15 horas desaparecido. Repasando la grabación de las cámaras que había instalado en la puerta de su vivienda después de que unos vándalos les estropearan el coche, descubrieron que Lola no había llegado sola al contenedor y que había pasado unas horas encerrada.
Darryl y Stephanie Mann colgaron un video en youtube con el fin de localizar a la mujer que, tras acariciar a su gata y mirar alrededor para comprobar que no había nadie, la agarró, la metió en el cubo y cerró la tapa. El vídeo encendió a las asociaciones de defensa de los animales y a las redes sociales.
En 4Chan+B organizaron la identificación de la mujer, que se logró a las pocas horas. Se distribuyó su dirección, su perfil en Facebook... En esta red social se llegaron a crear grupos que pedían que fuera despedida de su trabajo o incluso su muerte. También proliferaron las parodias de lo sucedido, como un vídeo en el que un enorme gato metiendo a una mujer en un contenedor. La mujer acabó recibiendo amenazas de todo tipo y su casa llegó a estar vigilada por la policía.
Bale confesó lo ocurrido en una entrevista a The Sun pero, en lugar de arrepentirse de su mala acción, encendió aún más los ánimos al decir que no entendía tanto revuelo sólo "por un gato". "Estaba allí jugando con ella y de pronto pensé que podía ser divertido echarla al cubo. Pensé que sería divertido, nunca creí que se fuera a quedar atrapada", dijo al periódico. Después, trató de calmar los ánimos al asegurar: "No puedo explicar por qué hice esto, está totalmente fuera de lugar. Fue una fracción de segundo de error de juicio que se descontroló".